Art Basel Miami 2014

Las ferias de arte tienden a provocar tal grado de aburrimiento que el segundo día que acudes a ellas ya estás harto de pisar la moqueta, harto de ver las mismas caras, los mismos galeristas y, en muchas ocasiones, las mismas obras. Hay que estar muy alerta para, en el marasmo, detectar algo que merezca ser visto, porque la mayor parte de lo expuesto se perderá entre el fárrago de la banalidad o acabará colgada en los muros de los muy pudientes.

UltraMarino

Clon de látex de Peter Marino, enfundado en su uniforme de cuero y saludando a la afición.

Un tal Marino, arquitecto e interiorista, expone su colección de arte en el Bass Museum de Miami. Su nombre real y artístico es Peter Marino (1953), un nuyorican de Queens formado en la Cornell University de obvia ascendencia italiana. El trabajo más destacable que realizó en sus comienzos fue la reforma de The Factory de Andy Warhol a finales de los setenta. El inolvidable Billy Name fue quien forró de papel de aluminio los muros de la primigenia Factory, en cuyo ascensor Valerie Solanas disparó a Andy una buena cantidad de balas. Marino llegó después.

Soledad Lorenzo

Era una noche fría, típica del otoño madrileño. Enfundados con abrigos, guantes y bufandas, fumábamos en la puerta mientras analizábamos los grafismos de vinilo sobre el inmenso cristal de la fachada: Galería Soledad Lorenzo. Orfila, 5. Leyenda escrita, si mal no recuerdo, en negro y gris, con tipos Futura y Futura Condensed Extra Bold.

Micro Magris

Cuando cambiamos libros de un lugar a otro el riesgo de que caigan al suelo es más que probable. En una de esas micromudanzas, y haciendo un considerable ruido, cayó Microcosmos de Claudio Magris. Y ¿quién se niega a leerlo de nuevo? Insisto en que releer es a veces mucho mejor que leer, enfrentarnos a una relectura es recuperar ideas y placeres que ya percibimos antes, pero además descubrimos cosas que olvidamos con el tiempo o se nos presentan como si fueran nuevas.