«En 1968, leí La mente de un mnemonista de Luria. Durante las primeras treinta páginas pensé que se trataba de una novela, pero de repente comprendí que en realidad era un historial clínico: el historial más profundo y detallado que había leído nunca, con la capacidad dramática, el sentimiento y la estructura de una novela».
“Hay que lograr hacer la revolución en silencio”. Bruno Munari
Durante la recuperación económica y moral que se dio en Italia después de la Segunda Guerra Mundial y el fascismo, la irrupción creativa de muchos artistas fue una constante en todos los ámbitos. Bruno Munari era entonces considerado un creador experimental muy cercano a la industria del diseño. Su actitud intelectual, inmersa en el juego de la inteligencia, sirvió de gran empuje al arte contemporáneo italiano.
Tras múltiples experimentaciones con la forma y el color, Albers alcanzó un estilo propio perpetuado como estilema, cuando creó una imagen reconocida en todo el mundo: el acertadísimo y multi reproducido Homenaje al cuadrado. Que, simplificando, trata de un cuadrado dentro de un cuadrado, dentro de otro cuadrado… con incontables combinaciones de color. En Bottrop, cerca de Essen (Alemania), nació Albers en 1888 y allí se encuentra un silencioso e inhabitado museo que recuerda y exhibe múltiples variaciones de la obra más celebrada del profesor de la Bauhaus.
Retorno a la normalidad.
Este domingo pasado el filósofo Manuel Cruz escribía un preciso artículo sobre el cincuenta aniversario de Mayo del 68 que comenzaba con estas palabras: «Definitivamente, no lo celebraremos más. No habrá bodas de platino de Mayo del 68. Entre otras cosas porque lo más probable es que para entonces ya queden pocos, de los que vivieron aquellos sucesos, para celebrarlas».
Luis Ordóñez 
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