Un tal Marino, arquitecto e interiorista, expone su colección de arte en el Bass Museum de Miami. Su nombre real y artístico es Peter Marino (1953), un nuyorican de Queens formado en la Cornell University de obvia ascendencia italiana. El trabajo más destacable que realizó en sus comienzos fue la reforma de The Factory de Andy Warhol a finales de los setenta. El inolvidable Billy Name fue quien forró de papel de aluminio los muros de la primigenia Factory, en cuyo ascensor Valerie Solanas disparó a Andy una buena cantidad de balas. Marino llegó después.
Cuando Lou Reed y John Cale aun lo llamaban Drella (una fusión de Drácula y Cinderella), Warhol encargó a Peter Marino que cambiase la imagen de su legendaria guarida de la calle 47, a cambio le pagó con un par de dibujos (muy propio de Andy). Desde entonces el trabajo de Marino abarca la construcción y diseño de mansiones suntuosas para multimillonarios árabes, cristianos o ateos y de las mayores tiendas de lujo del mundo: Fendi, Louis Vuitton, Céline, Armani, Chanel y etc… Apenas hace un mes inauguró en Nueva York la hiperlujosa tienda de Dior. Además diseña horrorosos muebles en bronce que parecen catafalcos para enterrar a gente de pequeña estatura.
Marino, sin embargo, viene al blog a propósito de la exposición de su colección particular de arte en el Bass Museum of Art de Miami, cuyo exacto título es One Way. Esta es la primera vez que expone parte de su colección, la cual abarca lo inimaginable del arte contemporáneo. Fue el propio Warhol quien le sugirió que se hiciera coleccionista de arte y, la verdad, hay que reconocer que este leatherman ha acertado en la mayoría de las piezas que posee.
Se hace difícil entender que alguien, a quien considero en muchos aspectos de un mal gusto exquisito, pueda haber acumulado obras capitales del arte contemporáneo, objetos antiguos, una alucinante colección de bronces datados en el Renacimiento y porcelana francesa del XVII. Dos datos a tener en cuenta: en 2012 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras por la República Francesa y en el 30 aniversario de su matrimonio con la diseñadora Jane Trapnell organizó para sus invitados, en su loft de Nueva York, la representación de un fragmento de Orfeo y Eurídice de Gluck, con paneles pintados por Clemente y vestuario de Dior. En la expo de Miami reservaron una sala donde proyectaban esta representación. Alta cultura sobre cuero, cadenas y harleys.

Una de las salas de la exposición One Way con obras de Richard Prince, Richard Deacon y otros artistas.
Resumo sus propias palabras en mi libre traducción: “Cuando realmente comencé a ganar dinero ya estaba preparado para comprar arte. Fue a principios de los ochenta con el boom económico que estalló en Nueva York. Yo trabajaba para Barneys y empezaron a abrir tiendas por todo el país, me ocupaba del diseño y encargué a artistas, como Keith Haring o Francesco Clemente, que pintasen murales en ellas. Por otra parte, me encantaba ver arte e iba a las galerías todos los sábados”. “La exposición en el Bass Museum no debe verse como una retrospectiva de mi colección sino un fragmento de mi idea del arte. Y como se realiza en Miami, he pensado darle un aire más pop para la audiencia de aquí”. “Mucha gente piensa que sólo hago casas y tiendas, también colecciono arte”. Su extensa colección está formada por obras de Cutrone, Haring, Salle, Schnabel, Richter, Hirst, Polke y todos los artistas plásticos imaginables. Él mismo dice que coleccionar arte se ha convertido en una terrible obsesión.

“Paradise” de Farhad Moshiri realizado con cuchillos clavados en la pared. Del cuadro de en medio desconozco su autor. Debajo, arcones de bronce diseñados por Marino y mencionados anteriormente.

Dos bronces renacentistas que fueron expuestos recientemente en la Wallace Collection de Londres. Están apoyados sobre dos horribles arcones de bronce diseñados por el propio Marino.

Una de las muchas mansiones diseñadas por él. Entre sus clientes estaban los Agnelli e Yves Saint Laurent.

Marino colecciona calaveras. Aquí podemos ver otra de Houseago y una de vaca en un cuadro de Miquel Barceló.

Despliegue de la prensa de Miami a propósito de la exposición One Way de Marino en el Bass Museum of Art.
Sólo falta la Harley o su sonido ¡brrrm..!
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Pues llevó su moto a Miami, pero la dejó en la puerta del museo.
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