Umberto Saba, caviloso y esquivo

30 Jun

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Un bienintencionado intento de entender cómo es Trieste podría ser leyendo el poema de Umberto Saba titulado con el mismo nombre de la ciudad italiana. Nacido el 9 de marzo de 1883, Saba vivió allí toda su vida excepto cuando tuvo que huir a Florencia, Roma y Milán por mor de las leyes antisemintas del fascismo italiano. Razón por la que llegó a plantearse la idea de exiliarse en París, ciudad que visitó en dos ocasiones. 

Siendo muy niño sufrió la separación de sus padres y el abandono posterior de su madre, lo que le produjo una profunda herida que nunca llegó a cicatrizar del todo. Quedó al cuidado de Peppa Sabaz, su nurse eslovena, de la que recibió mucho amor y de cuyo apellido extrajo su nombre artístico, pero siempre arrastró los trastornos propios de una infancia perturbada durante su «cavilosa y esquiva» vida. Ese sentimiento de desarraigo y la consiguiente búsqueda de amor y cuidados fuera del seno familiar es un retrato no sólo de Saba sino de la propia ciudad que le vio nacer y a la que tanto amó.

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Entre 1910 y 1912 escribió Trieste, el poema al que se alude en el comienzo de este post. El profesor Renzo S. Crivelli ha prologado una plaquette donde puede leerse en 16 diferentes idiomas. En este enlace podéis encontrar la versión original: http://balbruno.altervista.org/index-380.htm. Transcribo la traducción al español hecha por el poeta mejicano Marco Antonio Campos que está incorporada en esa reciente edición.

He atravesado toda la ciudad.

Luego he subido una cuesta,

populosa al principio, allá desierta,

cerrada por un muro bajo:

un rincón en el que solo

me siento; y me parece que donde eso acaba

acaba la ciudad.

Tiene Trieste una arisca

gracia. Si gusta,

es como un chiquillo áspero y voraz,

con los ojos azules y manos muy grandes

para regalar una flor:

como un amor

con celos.

Desde la cuesta, descubro cada iglesia,

cada calle que lleva a la obstruida playa

o a la colina en la que, sobre la cima

pétrea, una casa, la última, se aferra.

En torno

circula en cada cosa

un aire extraño, un aire tormentoso,

el aire nativo.

Mi ciudad, que en cada parte está viva,

tiene un rincón para mí, para mi vida

cavilosa y esquiva.

2 respuestas to “Umberto Saba, caviloso y esquivo”

  1. Antonio Villalobos julio 1, 2015 a 2:45 pm #

    Coín también tiene un rincón para mí, para mi vida cavilosa y esquiva.

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  1. Svevo, Weiss, Veneziani y Sigmund Freud | Luis Ordóñez - septiembre 20, 2023

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