«Mi ojo dice, mi lengua contempla, mi oído habla y mi mano presta atención». Ibn al-Farid
«Nuestros oídos están ciegos». Juhani Pallasmaa
Exponer sonido es una actividad que podría considerarse como poco convencional. Por primera vez se ha llevado a cabo una puesta en escena del arte sonoro en España desde 1961 a 2016; ha sido en la Fundación Juan March con una exposición que además de mostrar el trabajo de 162 artistas tiene una función genealógica y un objetivo didáctico. Pues poco sabemos en nuestro país de los sonidos no musicales concebidos como arte y la exposición se esfuerza en saldar esta deuda histórica.
Escuchar con los ojos (de ahí la citas que dan comienzo a este post) ha sido el acertado título que han elegido los comisarios para esta experiencia estética y formativa ya clausurada: www.march.es/arte/madrid/exposiciones/arte-sonoro/?l=1.
Podríamos considerarlos como hijos de John Cage o nietos de la Segunda Escuela de Viena, pero también herederos del dadaísmo, del futurismo y de las vanguardias artísticas y musicales del siglo XX. Desde luego, todos los artistas cuyas prácticas se relacionan con el sonido han ido un paso más allá de la mera composición, pues lo que realizan no son solamente ondas sonoras sino, en gran parte, los artefactos que las generan; así como la instalación o la forma de exponerse/oírse.
Hace unos meses citamos aquí otra exposición de arte sonoro en Londres, This is a voice, que ocupó las salas de la Wellcome Collection el año pasado: https://wellcomecollection.org/thisisavoice. En ella se podían oír/ver obras de creadores contemporáneos y músicos considerados como poco convencionales: Matthew Herbert, Laurie Anderson, Joan La Barbara, Meredith Monk, Emma Smithy y, entre otros, Gregory Whitehead. En este caso fue la voz y sus incontables posibilidades sónicas y escénicas la protagonista de toda la exposición.
En el año 2000, y también en Londres, en la Hayward Gallery, el músico, investigador, profesor, escritor y líder de The Flying Lizards David Toop comisarió la que ha sido considerada como la más atrevida exposición que se ha realizado hasta ahora: The Sonic Boom: The Art of Sound. Post-rave, post-minimalismo, post-ambient, post-noise y todos los post imaginables se dieron cita en forma de objetos artísticos, proyecciones o audiciones. Sin embargo, Sonic Boom cuestionaba, según Toop, toda progresión lógica que dicta el racionalismo.
Hubo otra muestra de arte sonoro organizada por el Marco de Vigo y el Centro José Guerrero de Granada en 2006: La exposición invisible. En ella se mostraban piezas de artistas, indiscutiblemente consolidados en los circuitos internacionales, que en algún momento de sus trayectorias han realizado obras de arte sonoro o que se dedican exclusivamente a ellas.
Estas cuatro referencias, y muchas otras más, somatizan la vitalidad y viralidad de la corriente expositiva del sonido y, sobre todo, certifican claramente que después de cien años éste sigue siendo parte importante de la creación artística contemporánea.
*El título lo he tomado prestado de Oliver Sacks.
Muy interesante! Soy muy fan de los recopilatorios «ambient» de David Toop (sobre todo «Ocean of Sound», que sale de un libro genial; y «Sugar and Poison», su particular visión del soul moderno). Y me han encantado los versos con que abres el post. No los conocía.
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Quevedo no falla (este arranque de Desde la torre es muy mejicano) y Ocean of Sound es un libro de lectura obligatoria.
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