Pese a la devastación sufrida por la guerra, Alemania es un país muy conservador con respecto a sus edificios públicos. Es muy raro que las administraciones derriben o dejen de hacer uso de construcciones que ya no cumplen con su función. Un buen ejemplo de reutilización de edificios es la estación de Hamburgo en Berlín, ahora convertida en museo público.
En estos momentos puede verse una exposición de Carl Andre bajo el título Sculpture as Place, 1958–2010, esta misma muestra estuvo el año pasado en el Palacio de Velázquez del Retiro de Madrid, pero vista aquí luce de manera diferente. Andre es un artista neoyorquino que, a lo largo de su dilatada carrera, ha cuestionado la escultura hasta el punto de llegar a redefinirla desde la mayor contención, inmerso como ha estado en las preocupaciones formales y conceptuales de la representación en tres dimensiones. Posee, por tanto, un gran dominio de la forma y el espacio, y podríamos considerarlo como un creador de belleza silenciosa. Aquí se ven algunas fotos del montaje en la nave central de la, ahora, limpia y radiante estación.
Es una estación preciosa y, si mal no recuerdo, muy cerca de ella está la Chilehaus, uno de los edificios expresionistas más logrados:
https://es.wikipedia.org/wiki/Chilehaus
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Chilehaus parece sacado de una película de Murnau.
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