Se atribuye a Walter Gropius la frase del tirador. Con ella quiere decirnos que todo ha de cambiar de aspecto, que nada puede dejar de ser rediseñado y adaptado a los usos y gustos de la vida moderna. En Design Miami Basel han tomado nota de las enseñanzas de Gropius y celebran la feria de los muebles, objetos de buen diseño y joyas de autor; todo con pedigrí y a unos precios que mejor no preguntar.
Los cincuenta parece que han vuelto para quedarse una larga temporada. Hace años, en una calle del barrio de Lavapiés en Madrid, un iluminado abrió una tienda de muebles de los cincuenta. Allí dentro, entre mesas en forma de riñón con patas troncocónicas, sofás de skay y muebles-bares, se percibía un fuerte olor a formica. A este recuerdo sensitivo sumo otro, el de la sorprendente exposición que en el Colegio de Arquitectos de Málaga se celebró en los ochenta bajo la idea del artista plástico Diego Santos y comisariada por Tecla Lumbreras. Llevaba por título El estilo del relax y el catálogo original, con fotografías de Carlos Canal y textos de Juan Antonio Ramírez, lo reeditó hace unos años el OMAU de Málaga. En él puede apreciarse el genuino carácter arquitectónico que brotó en la Costa del Sol en los sesenta y que considero notablemente influido por el Estilo Internacional. En La Edad de Oro (TVE-2), con guión del pintor Pérez Villalta, realizamos un corto en 1983. Rodado en 16 mm. y titulado Málaga es letal, añadía casi el mismo punto de vista a la estética del relax costasoleña. Pensé entonces que esta reivindicación de los cincuenta-sesenta podía tener un largo recorrido y, ahora, puede confirmarse su asentamiento tras la arrolladora influencia de Mad Men.
De todo lo expuesto en Design Miami Basel no he podido identificar a sus diseñadores, salvo a pocos de ellos. No obstante, echad un vistazo a las fotos, son significativas del retorno cincuentero, del mobiliario de principios de siglo -que parece increíble que aún esté a la venta-, y de algunas piezas que por actuales pueden parecer estéticamente banales.
Muy buena tu reseña sobre diseño en Basel. Felicitaciones Luis.
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Desde fuera, el mundo del diseño industrial parece indigno de ser reseñable, se supone que es «así porque es así». Pero cuando penetras en el universo de las formas prácticas, aquellas que ayudan a vivir mejor, entonces comenzamos a valorar la belleza de los objetos cotidianos: el picaporte, el interruptor de la luz, el cajón del armario, la taza del café, la lámpara, los tiradores….
O sea: «de la cuchara a la ciudad». Un abrazo, Daniel.
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Como siempre tan acertado en tus comentarios. Gracias por la información y por citarme. Bss, Tecla
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