Los Modlin, historia de una obsesión

28 Mar

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Dicho grosso modo, la historia de Los Modlin trata de las desventuras de una familia norteamericana que decide vivir en España en los años setenta. La madre, Margaret, es pintora y según ella misma: «La mejor pintora del Apocalipsis de todos los tiempos». Su marido, Elmer, fue actor secundario de Hollywood (La semilla del diablo de Polanski) y del cine español. Nelson, el hijo único, era estudiante en aquel entonces, y posteriormente modelo, locutor, productor y actor. En la actualidad todos han fallecido. 

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Portal de la calle del Pez, último domicilio de los Modlin.

La espita que hace estallar esta extraña historia es una llamada telefónica al fotógrafo Paco Gómez en la que le dicen que vaya corriendo a la Calle del Pez de Madrid porque en la puerta de un edificio, casi en ruinas, se amontonan documentos, fotografías, ropas, efectos personales y hasta restos de comida. Paco, raudo, se dirige hasta allí y se encuentra con otros depredadores que hurgan en la montaña de enseres de la familia americana.

Un eficaz comienzo para una historia de suspense que acaba convirtiéndose en la obsesión de Gómez. A raíz de aquella llamada no puede apartarse del camino que le marcan los ya desaparecidos Modlin, y el final del recorrido es un libro: Los Modlin, editado por Fracaso Books en 2013. La narración recurre al muy británico género quest, una búsqueda de los personajes a través de los que les conocieron y trataron: vecinos, conocidos, amigos, colaboradores… Por ser así me recuerda al fascinante The quest for Corvo (An experiment in biography) de A.J.A. Symons, la primera quest de la historia de la literatura según sostiene Juan Manuel Bonet.

De los Modlin sólo sabemos algo por los restos encontrados. Paco Gómez, apoyado por otras personas como Jonás Bel, se convierte entonces en el investigador, el buscador que compulsivamente quiere saber. Los lectores, en cuanto empezamos la lectura, también queremos saber y, como el autor, lo queremos saber todo de la azarosa y extravagante vida de los Modlin.

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Margaret Modlin reproducida en una expo de Bilbao.

Me resisto a entrar en detalles porque no creo que deba desvelar los vericuetos de esta apasionante búsqueda. Leer este libro es introducirnos en el raro universo de estos artistas que soñaban con la fama y el reconocimiento que los USA les negó, y eligieron España para conseguir sus objetivos artísticos y el renombre que creían merecer. Sí me pararé, en cambio, para señalar la obsesión que llevó a Paco Gómez, no sólo a querer desvelar los incontables enigmas modlinianos, sino a satisfacer sus ansias de conocimiento sobre esta peculiar familia que se convirtió en el centro de su vida, en su otra familia. Cuestiones de la que nos hace partícipes a través de una escritura que nos acaba subyugando, hasta el punto de que el libro, aunque muy completo, se nos hace corto, muy corto. Hay momentos en que sentimos la misma curiosidad por los Modlin que por el propio autor. Saber quién y cómo investiga es tan importante como el propio objeto de la investigación, y eso imprime grandes dosis de literatura y suspense.

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Los Modlin en una fotografía de estudio. Obsérvese el juego de miradas: del padre al hijo, de este a la madre y de la madre a cámara, sin olvidar que el ojo del propio lienzo también nos mira.

A raíz de una noticia en prensa, hace tiempo que supe del affaire Modlin, más tarde lo olvidé totalmente. Preparando un viaje a Bilbao, me encontré con la exposición Los Modlin de Paco Gómez en el Centro de Fotografía Contemporánea de la ciudad. No dudé en ningún momento en ir a verla y, de nuevo, los Modlin han llegado a mí con una fuerza irresistible.

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Publicaciones del Centro de Fotografía Contemporánea de Bilbao con motivo de la exposición Los Modlin de Paco Gómez.

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Sala de exposiciones del CFC.

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Políptico de fotos de los Modlin y reinterpretaciones de ellas a cargo de Paco Gómez.

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Vista de la exposición en el CFC de Bilbao.

Creo recordar, como en una nebulosa, haberme encontrado en más de una ocasión con Elmer Modlin por El Bocho, El Palentino, por las estrechas aceras de la calle del Pez, de la Corredera Baja de San Pablo, de Puebla…, lugares que frecuentaba porque durante muchos años viví en la cercana calle del Barco y esas calles formaban parte del recorrido diario que hacía para dirigirme al trabajo. Le veía caminar taciturno, quizá borracho, como un despojo; lo que los norteamericanos llaman «dead man walking». 

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El incombustible Palentino que sobrevivió al franquismo, a la movida madrileña y a unos cuantos alcaldes del PP: cerrado en domingo.

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El Bocho, cerrado para siempre. Un lugar, nada barato, donde se podía comer una buenas fabes con almejas. Aquí se dejaba ver con frecuencia al patriarca de los Modlin tras la muerte de Margaret. También vi por allí en más de una ocasión al director Jaime Chávarri, vecino del barrio.

Tengo reminiscencias de la alargada figura de Nelson -el hijo- caminando por las instalaciones de Prado del Rey. Trabajé allí durante diez años coincidiendo con algunos de los que él estuvo en Radio Nacional, y era muy difícil no mirarle, su aspecto y estatura despuntaban entre los trabajadores de RTVE de los años ochenta. Allí conoció a Olga Barrio, legendaria presentadora de los telediarios en la época de la intratable Pilar Miró, y con ella contrajo matrimonio, pero según Paco Gómez ésta ha hecho mutis por el foro sobre el asunto Modlin.

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Nelson Modlin.

El vespino de los modlin en baja

Los Modlin (e invitada) en un pintoresco anuncio en prensa de los años setenta. Esta imagen fue encontrada por el pintor Daniel Muriel tras la presentación del libro en Málaga. Fijaos en la forzadísima cara de Margaret (¿qué hago yo aquí?).

Tras diez años y multitud de pesquisas que le llevaron a desenredar las exiguas relaciones de los Modlin en España, así como una precisa indagación sobre sus biografías personales y artísticas, Paco Gómez comenzó a pergeñar la posibilidad de hacer un audiovisual. Pero, por lo que he leído, deduzco que nuestro autor fue traicionado por el realizador Sergio Oksman, el cual acabó dirigiendo un documental sobre la familia Modlin y finalmente lo llevó a cabo consiguiendo un Goya en 2012 y otros importantes premios internacionales; pero Paco Gómez no aparece en los créditos ni se le menciona. 

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Paco Gómez.

Además del intrigante libro, que no podéis dejar de leer, aquí abajo tenéis algunos sitios donde los Modlin siguen vivos. Ellos buscaron la fama y el reconocimiento en vida pero los encontraron más allá de la muerte. Aunque poética, al fin se ha hecho justicia con ellos, gracias a Paco.

https://es-la.facebook.com/LOSMODLIN

http://losmodlin.com/

http://www.youtube.com/user/losmodlin

10 respuestas to “Los Modlin, historia de una obsesión”

  1. Milton Phipps marzo 30, 2014 a 6:26 pm #

    Los Modlin me hacen ver cómo logramos trascender gracias al azar. Si Paco Gómez no hubiera recibido aquella llamada nosotros no hubiéramos descubierto el mundo oculto y fascinante detrás del #3 de la calle del Pez.

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    • luisoj marzo 31, 2014 a 10:46 am #

      «El azar es objetivo». «Un coup de dés jamais n’abolira le hasard».

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  2. joseluis817 abril 7, 2014 a 10:16 am #

    Extraños caminos a la inmortalidad.

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    • luisoj abril 7, 2014 a 11:11 am #

      Dice Paco Gómez que, en la mayor parte del tiempo que le ha llevado su investigación, se ha sentido siguiendo pistas dejadas -deliberadamente- por Los Modlin para trascender después de muertos.

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  3. Luis Sanz Irles abril 7, 2014 a 10:40 am #

    La foto del joven Nelson Modlin… ¿«Muerte en Venecia»?
    Y sí, hay personas que a veces, sin motivo (aparente, pero en realidad siempre lo hay) se cuelan en nuestra mente y nos imponen su presencia, aunque nunca los hayamos conocido. Presencias espectrales. Un día de estos haré un post sobre Hermanus van Wijk y la nación de los Baster (de «bastardos») de Sudáfrica y Namibia, mestizos de colonos holandeses y mujeres africanas con una historia tan corta como fascinante, y que, como los Modlin en la de Paco Gómez, también se han instalado en mi cabeza y ahí siguen, remoloneando y sin querer irse. Gracias por ponernos sobre esta pista.

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    • luisoj abril 7, 2014 a 11:06 am #

      Puede que algo haya de eso (de Thomas Mann) en el asunto Nelson, pues su madre, Margaret, veía en él a un ángel. Hasta que el ángel voló a toda prisa del nido familiar. En el libro, cuenta Paco Gómez que Margaret llamaba a Elmer «El» y a Nelson «Noel»: no-él. ¿? No está mal, si Freud cogiese esto…

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  4. Marco García noviembre 24, 2015 a 1:51 am #

    Aprovechando que iba a Madrid a pasar el finde, eché al petate para leer durante el trayecto en tren un libro que me había dejado mi buen amigo Luis Ordóñez, ‘Los Modlin’. Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que esta fascinante historia transcurrió frente al Palentino, uno de mis bares de referencia cuando voy por la capital. Y que Elmer aparecía como figurante en ‘La Semilla del Diablo’, una de las pelis más terroríficas y malditas de la Historia del Cine. Y que Francis Tsang, admirado fotógrafo del autor, grababa todas las noches a la presentadora del telediario que estuvo casada con Nelson… Dios, qué pasada de historia y qué bien hilada. Hacía mucho tiempo que no me leía un libro del tirón sin despegar mi mirada de las páginas… Gracias por la recomendación Luis (prometo devolvértelo) y gracias a Paco Gómez por compartir esta fascinante y triste historia…
    Ya soy otro más que cae bajo el embrujo de los Modlin.

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    • luisoj noviembre 24, 2015 a 8:41 am #

      Si esta historia no hubiese estado tan bien estructurada y escrita, y si Paco no se hubiese sumergido en la vida de los Modlin como lo hizo, difícilmente habría gozado de tantos lectores.

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  1. Günter K. y Margret (la maleta alemana) | Luis Ordóñez - septiembre 22, 2015

    […] a la manera de las creadas por Sophie Calle. A pesar de la diferencia, a mí me recuerda Los Modlin de Paco Gómez por la manera en que el azar deja a la intemperie la intrigante vida de personajes anónimos. Sin […]

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